Etología Clínica Veterinaria vs. Etología Aplicada

Característica Etología Clínica Veterinaria Etología Aplicada
Enfoque principal Diagnóstico y tratamiento de trastornos del comportamiento con base en la medicina veterinaria. Prevención y modificación de conductas problemáticas mediante el análisis funcional de la conducta y técnicas de aprendizaje.
Cuándo elegir esta opción Cuando existen problemas de conducta severos que pueden estar relacionados con causas médicas o neuroquímicas. Cuando el problema de comportamiento se debe a una falta de aprendizaje, educación inconsistente o manejo inadecuado.
Casos en los que es necesaria – Ansiedad extrema o depresión que afecta el bienestar del animal.
– Fobias severas que impiden una vida normal.
– Agresividad patológica sin desencadenantes claros.
– Conductas compulsivas (perseguir la cola, lamerse hasta lastimarse, etc.).
– Falta de habilidades sociales, tirones de correa, saltos sobre las personas.
– Miedo moderado a ciertos estímulos (ruidos, personas, otros animales).
– Reactividad controlable con técnicas de entrenamiento.
– Problemas de convivencia como destrozos, ladridos excesivos o eliminación inadecuada.
Métodos utilizados Evaluación clínica, diagnóstico veterinario, medicación psicotrópica si es necesario. Terapia de comportamiento basada en el análisis funcional de la conducta, entrenamiento en positivo, ajuste del entorno y educación del tutor.
Uso de medicación Puede ser necesaria en casos donde la alteración del comportamiento tiene un componente neuroquímico. No se utiliza medicación, se trabaja en modificar la conducta mediante técnicas de aprendizaje y entrenamiento con refuerzo positivo.
Papel del tutor Debe seguir las indicaciones del veterinario y en algunos casos aplicar protocolos de manejo en casa. Participa activamente en la educación y modificación de la conducta de su perro o gato con apoyo del especialista en Etología Aplicada.
Relación entre ambas disciplinas Es el primer paso en casos donde se sospecha de un trastorno orgánico que afecta el comportamiento. En muchos casos, complementa el tratamiento clínico, ayudando al tutor a aplicar estrategias efectivas de entrenamiento y modificación de conducta.